Tentetieso
![]() |
El otro día me vino a la mente la comparación de mi estado emocional con un muñeco tentetieso. Normalmente, mantiene un estado de bastante equilibrio, balanceándose suavemente a los lados: felicidad, tristeza, miedo, incomodidad, tensión, amor, etc. Pero, algunas veces, puede llegar casi hasta el suelo a causa de un comentario de alguien que me toca un punto débil (a menudo relacionado con un trauma infantil que ha originado creencias como "no soy suficiente buena", "no merezco ser amada", o un trauma que ha ocasionado una herida de rechazo). Este comentario me deja completamente "knock out" (fuera de combate). Es como si alguien le diera un golpe fuerte al muñeco tentetieso, haciéndole perder por completo su equilibrio.
Por suerte, me doy cuenta cada vez más rápido de que lo que han tocado es alguna herida antigua, una herida que me toca sanar todavía. Entonces, me siento con esa emoción, paro, no me distraigo con otras cosas, como actividades, comidas o bebidas para evitar el dolor. Intento no montar ninguna historia, ni tampoco culpabilizar a otro. Ocuparme de ese dolor me permite atravesarlo. El dolor tiene que ser sentido, para ser capaz de transformarlo.
Me ha gustado esta imagen del tentetieso por cómo muestra que después siempre vuelves al estado de "equilibrio". Si te das tiempo a sentir la emoción que se ha generado, respetarte y amarte, puedes volver, cada vez de manera más rápida, a tu estado habitual. Es cuestión de práctica, irás disolviendo más capas, para poder volver a tu verdadera esencia.
Comentarios
Publicar un comentario